Mal hijo

Gerardo Farell
3 min readJun 14, 2021

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Son las 3:30 am y a mi mente llega un pensamiento que hace un año fue recurrente. Uno de baja estatura, con rostro blanco y fino, en forma de U y cabello chino y corto. Es mi madre y trae los hubieras que su muerte desencadenó.

Le hubiera hablado por teléfono. Nunca lo hice, la última vez que le contesté fue en 2019 y fue por error. Me felicitó en mi cumpleaños y sentí que mi estómago se hacía de hierro y pesado, me costaba tragar saliva y estaba sudando ansiedad. Ella sonaba feliz y emocionada, como siempre.

"Te quiero mucho"

Me decía. Yo nunca compartí ese sentimiento, no porque no quisiera sino porque nunca llegó a ser esa persona que debía ser. Nunca llegó a ser mi madre, aunque sí lo era.

Otro hubiera se mete a mi estómago y habita ahí un rato mientras me quedo viendo el techo de mi cuarto. El hubiera contestado sus mensajes, es ese. Me mandaba mensajes cada vez en momentos más raros. No era constante, no lo hacía en una hora específica del día, sino cuando ella se acordaba de mí.

"Mi muchacho, t kiero mucho."

Siempre mal escritos, con errores de ortografía y sintaxis, sin comas ni puntuación. Me daba algo al leerlos, un rechazo y por eso a veces no le contestaba. También era por lo que le hizo a mi hermano y a mi papá. Eso nunca se lo voy a perdonar. Nunca. Ni muerta lo haré.

Sale otro hubiera: te hubiera visto por última vez. A mi madre no la volví a ver desde los 18 años. Decidí que era lo mejor, que me iba a traer mejor salud mental y lo hizo. Cada sábado que iba a verla me daba ansiedad y me dolía el estómago. Me ponía nervioso ver a esa desconocida que le llamaba madre y me incomodaba su amor. Lo sentía falso, como si intentara llenar vacíos que no había hecho desde que nací y mis padres se divorciaron. Me compraba a mi hermano y a mi regalos caros y pese a que se endeudaba, lo hacía constantemente. Ropa, relojes, juguetes. Nada de eso lo disfrutaba usar y jugar. Me daba asco, me sentía culpable con mi papá y lo que sufrió por tener nuestra custodia. También recordaba lo que le llevaba a decir a mi papá para que sufriera, aunque en el momento no lo vi así.

“Oye, ya vendí la casa de Tlayacapan"

Era la casa que mi papá construyó a mano, que siempre quiso hacer, donde lo ayudó un albañil y donde llegamos a vivir un tiempo. Era el sueño de mi papá, que la perdió al obtener la custodia mía y de mi hermano. Era mala mi madre, solo quería mi custodia y la de mi hermano no. La odio.

Me volteo en la cama e intento ignorarla a ella y su banda de lo que nunca pasó. Pero uno de ellos me atormenta mucho y constantemente sale a chingar. Me refiero a el hubiera sido un mejor hijo…

Siempre he tenido ese sujeto que me lo ha repetido constantemente cada que la ignoraba o la trataba mal o era grosero con ella. Y agarró fuerza cuando ella murió y arreglando sus papeles, la persona que la cuidaba, me dijo que le dolía que le hiciera eso…

Eso buscaba...y no se porque no lo disfruto como debería…¿debería? ¿Así de mierda soy?

Cierro los ojos y trato de correrla de mi mente. Entre que si se va y no, me quedo dormido, esperando a que vuelva otro día en la madrugada y lidie con mis culpas.

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